El análisis
La Arandina logró en la tarde de ayer Domingo uno de esos empates que saben a poco en caliente pero que se valoran en su justa medida en las curvas del viaje de regreso. El punto en Cebreros tuvo sabor amargo porque los ayer amarillos, se fueron con la sensación de que al rival comenzaban a faltarle las fuerzas y que con unos minutos más, el gol hubiera llegado. Además, dos de los jugadores más importantes en la creación de juego blanquiazul, Bruju y Zazu , se retiraron lesionados. El primero podría tener un esguince de rodilla dados sus gestos cuando le hacían pruebas en la rodilla. El segundo, se retiró con un fuerte dolor en el costado izquierdo y podría tener una fractura en una costilla fruto de un codazo. Apreciaciones de doctor de grada que tendrán que diagnosticar los profesionales.
A pesar de todo, buen punto. El Mancho es un campo tremendamente complicado y la Cebrereña un equipo muy serio que sabe a qué juega aunque le falte su jugador más determinante. Pocos equipos serán capaces de sacar los 3 puntos del feudo verdiblanco. Si el próximo Domingo en El Montecillo, se gana al Almazán, el punto cobrará más valor..
Sobre la propuesta futbolística se pueden analizar menos cosas que en anteriores partidos ya que el planteamiento de ambos conjuntos se vio condicionado por las características del terreno de juego. De inicio los visitantes trataron de mantener su filosofía de juego, sacando el balón jugado desde atrás y con Fernando Rubio, Bruju y Zazu viniendo a recibir para iniciar jugada. Resultó una tarea muy complicada a pesar de su movilidad. El balón botaba en exceso sobre un campo muy irregular y los controles eran largos con demasiada frecuencia. A la falta de precisión en los pases, había que añadirle dos o tres toques para dominar el esférico y así, es muy complicado imprimir velocidad al juego. Todo ello, en un campo pequeño en el que el rival ganaba el tiempo necesario para posicionarse. Además, cuando la Arandina logró rebasar líneas o romper en velocidad, la Cebrereña se empleó con mucha intensidad y en algunas ocasiones, con excesiva dureza. Las faltas "tácticas" en el centro del campo se sucedieron sin que el árbitro mostrara tarjeta alguna por reiteración. Si lo hizo en dos auténticos placajes a Ruba y Lucho o en una durísima entrada al capitán arandino que rozó la roja, pero la falta de determinación en la sanción de las faltas reiteradas, fue decisiva para que la Arandina no cogiera ritmo y para que en el tramo final del choque, jugadores que debieron ser amonestados mucho antes, pudieran hacer faltas clamorosas que cortaron acciones de peligro de la Arandina,
Con los cambios obligados, el equipo perdió capacidad para combinar en un escenario tan complejo. La Cebre se dio cuenta de ello y esperó en tres cuartos a que la Arandina sacara en corto para ir a presionarla. Sin ánimo de arriesgar el punto con el que se parte de inicio, los ribereños comenzaron a lanzar balones en largo y el partido se convirtió en un intercambio trepidante de pelotazos, disputas y segundas jugadas en el que la Arandina supo mantener el tipo y pelear tanto como su rival. Fue positivo ver que estos jugadores también están dispuestos a partirse la cara, pero como decíamos, uno se queda con mal sabor de boca.
En el tramo final del encuentro, la Arandina introdujo una variante táctica. Con el cambio de Roberto Simón por Ruba, Osky pasó a ser el tercer central y los laterales adelantaron su posición. Sea por la modificación o por que al rival le faltaban las fuerzas, lo cierto es que en esos minutos la Arandina hizo mucho daño al rival, recuperó el control del juego y pudo volver a combinar. Se alternaron balones profundos a Lucho y Rodri con jugadas trenzadas ante una defensa de la Cebrereña que comenzaba a hundirse para evitar el daño que los delanteros arandinos estaban haciendo a sus espaldas. Por desgracia, no se acertó con la portería en las dos ocasiones más claras del encuentro.
Analizando por líneas, la portería volvió a estar a buen nivel. La Cebrereña bombeó menos balones de lo esperado y cuando lo hizo, Mediavilla estuvo seguro blocando todo, tanto por arriba como en los tiros lejanos que recibió.
La defensa se fajó y no concedió nada. David Ruiz mostró un buen nivel físico y por si alguien no lo sabía, es un espectacular lanzador para las acciones a balón parado. Piña y Pablo estuvieron tremendos en el juego aéreo, rápidos en el corte, se anticiparon con frecuencia y fueron expeditivos, tal y como demandaba el campo. Luque estuvo perfecto en defensa pero le vimos mucho menos que en anteriores partidos en ataque y eso es mucho decir, porque por banda izquierda, él es un elemento importante para lograr profundidad. En todo caso, parece que el no subir era una directriz del banquillo ya que Ruiz, tampoco lo hizo.
Sobre el centro del campo, ya hemos apuntado que hubo mucha voluntad y entrega, pero no era el día para lucirse. Se hizo lo que se pudo.
Por último, Lucho y Rodri tuvieron pocas ocasiones para ver la puerta de frente. El primero se pegó con dos centrales corpulentos y fuertes por arriba. Trató de aguantar el balón de espaldas a portería para entregar de cara o al compañero que entraba pero estaba en clara inferioridad física. No tuvo espacios para correr y cuando lo hizo, recibió falta. El segundo tuvo un chutazo en el primer tiempo que pudo ser el primer gol, fue objeto de un penalti clamoroso y tuvo una cabalgada de más de 60 metros que casi acaba en gol. En el tramo final del partido, tirado en banda derecha, hizo mucho daño. Dio la sensación de que si el cambio táctico se hubiera producido antes, se hubiera comido a su par, que estaba amonestado, tantas veces como hubiera querido.
En el plano negativo, los cambios aportaron menos que en partidos anteriores. Tal vez porque los tres hombres salieron en el centro del campo en el tramo de encuentro en el que los jugadores que estaban en esa zona solo vieron el balón volar.
El otro punto de mejora fue el gran número de saques de esquina y faltas laterales desperdiciadas. La Arandina trató de ejecutar varias acciones de estrategia y siempre lo hizo de forma fallida. En partidos como este, un gol a balón parado puede suponer 3 puntos y ayer, se malgastaron demasiadas opciones. Además, varias de estas acciones terminaron en contraataques. Por fortuna, sólo uno de ellos cuajó.
La crónica
Tarde apacible para la visita de la Arandina a una Cebreña sin David Terleira. Hacía daño a los ojos ver al menor de los Terleira con muletas en la grada (esperemos que se recupere pronto) pero, hay que reconocer que uno sintió cierto alivio al saber que no le íbamos a tener enfrente sobre el verde.
No obstante, la tarde iba a ser lo único apacible. La Arandina se dio cuenta muy pronto de que tendría que sudar sangre para sacar algo positivo de Cebreros. Saltó al campo con intención de dominar y de imprimir velocidad al balón pero el terreno de juego dificultaba la circulación y el rival se empleaba a fondo. Hacía muchas faltas y "rascaba". Ruba alcanzó línea de fondo en un par de ocasiones antes de que su par, decidiera que no le iba a rebasar una tercera. Le propinó una patada por detrás que mereció algo más que una cartulina amarilla. En la siguiente jugada, el propio Ruba servía un centro desde tres cuartos y cuando Rodri entraba como una exhalación, era derribado con un empujón clamoroso. Penalti de libro que se pitaría en cualquier campo en el que el público no esté a medio metro del asistente. A la salida del córner, Piña empalaba en el segundo palo hasta en dos ocasiones pero en ambas, se encontraba con la pierna del rival. Cuarto de hora y dos jugadas que pudieron cambiar el devenir del encuentro.
En los siguientes minutos, la Cebre tuvo un par de acciones de peligro. La primera en una acción por banda izquierda del joven Galindo que puso un muy buen centro que se paseó por el área pequeña. La segunda con un lanzamiento lejano y bien dirigido de Perdiguero que Mediavilla blocó sin apuros. Rodri respondió con un tremendo derechazo desde larga distancia que se perdió cerca del palo y que mereció ser el primer tanto del partido. Poco después, Ruba ganó la espalda a Galindo y casi remata un balón en la esquina del área pequeña. Para entonces, Albín llevaba 5 faltas, pero el trencilla era de dar charlas y no quería saber nada de amonestaciones por reiteración. Bien por la Cebrereña, que en todo momento fue noble y se adaptó al rasero del colegiado pero lamentable lo de éste, ya que el reglamento no admite interpretaciones y perjudicó al conjunto que quería jugar.
Al filo del descanso, llegó la lesión de Bruju y poco después, un córner que Pablo, remató alto imponiéndose en el segundo palo. Así terminó el primer acto.
El segundo, empezó dejando a la parroquia blanquiazul fría. Segundo cambio obligado. En esta ocasión por lesión de Zazu y a partir de ahí, un partido con mucha brega pero poco fútbol. Disputas, faltas y acciones a balón parado fueron la tónica durante prácticamente media hora. Ahí cada equipo tuvo la suya. La Cebrereña con un centro pasado que a punto estuvo de encontrar rematador pero fue despejado de forma expeditiva. La Arandina con un sutil lanzamiento de David Ruiz que rozó la cruceta de la Cebre. Los verdiblancos ya habían dado un paso atrás pero seguían manteniendo el tipo bien posicionados y haciendo faltas cuando eran rebasados. De no ser porque las sacó dos veces en un minuto para amonestar a Luque y Súper, hubiéramos pensado que el señor colegiado había dejado las tarjetas en el vestuario.
Y cuando peor lo estaba pasando la Cebrereña, llegó el despropósito de la tarde. Una falta sacada en corto por la Arandina se transformaba en contraataque verdiblanco. Pase hacia un jugador que ganaba la espalda de Ruiz en fuera de juego no señalado y balón despejado a saque de banda con apuros. En el saque de banda, el jugador se metía más de un metro en el campo pero el colegiado tampoco señalaba falta de saque. La acción era peinada en área pequeña y rematada a gol por un jugador local pero para "arreglar" semejante desfachatez, el árbitro anulaba el tanto por una dudosa falta.
Tras el susto, Rodri tuvo la acción del partido. Recibió un balón con espacio emparejado con el único rival que no podía tirarle al suelo por estar amonestado. Galopó 60 metros y ante la salida del portero , cedió el balón a Lucho en pase de la muerte. Sin embargo, un defensor local llegaba in extremis.
De ahí al final, disparo con balas de fogueo de ambos equipos.
Ficha técnica
Cebrereña (0): Marcos; Juanma, Ruba, Súper, Galindo; Musta, Víctor, Perdiguero, Albín (Sebas min.89); Mayorga (Chino Zapatera min. 80) y Juli (Quirós min. 69).
Arandina (0): Mediavilla; Piña, Pablo, David Ruiz, Luque; Fernando Rubio, Ruba (Roberto Simón min. 81), Bruju (Khalifa min. 41), Zazu (Osky min. 52), Rodri y Lucho.
Árbitro: Daniel Reinoso. Amarilla a los locales Galindo, Perdiguero y Súper y a Luque por la Arandina.
El Mancho 250 espectadores.
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Las continuas faltas en el centro del campo impidieron que la Arandina desarrollara su juego
(Foto: Facebook CD Cebrereña) |