El análisis
Una
Arandina que fue de más a menos firmó en el día de ayer su cuarta derrota en
cinco jornadas y la tercera consecutiva en su feudo. Hay que remontarse a la
temporada 2003-2004 para ver una racha como esta de los blanquiazules en
Tercera División. Una racha que pone fin a una primera vuelta que comenzó con
dudas en las primeras jornadas, continuó con una buena reacción ante rivales de
la zona media-alta pero que se torció precisamente en el momento en que el
calendario suavizaba. El parón es la mejor noticia para el segundo club que
menos puntos ha sumado en el grupo en el último mes y medio.
Oportunidad para liberar la mente, alejarse de una dinámica muy negativa y volver al trabajo con el optimismo necesario para confiar en la calidad que atesora la plantilla y las cosas que ha sabido hacer bien. También para alejar los errores, miedos y temores que han hecho mella en la confianza de este grupo de buenos jugadores. Por último, por qué no decirlo, el parón debe servir para reforzar una plantilla diezmada por las tres bajas y en la que el análisis de minutos, refleja falta confianza del entrenador en algunos de sus miembros. Unos y otros, deberán conjurarse para firmar una segunda vuelta sobresaliente que permita alcanzar la cuarta plaza. Y es que, tal vez, la mejor noticia de la primera vuelta es que excepto Unionistas, Salmantino y Astorga, el resto de candidatos parecen empeñados en que la Arandina se levante de la lona. El problema es que esta conjura deberá ser inmediata porque en las primeras diez jornadas de la segunda vuelta, la Arandina se enfrentará a 7 rivales que la igualan o superan en puntos.
Volviendo al análisis del encuentro, la Arandina repitió once. Lógico tras el buen desempeño de la jornada pasada. Se podrá discutir si en banda izquierda Zazu puede aportar algo más que Roberto Simón o si Rodri podría dar el mismo desborde por ambas bandas aportando más gol. En todo caso, esto es lo que hay mientras no lleguen nuevas piezas o no haya un cambio de dibujo que no parece vaya a producirse con este entrenador. En el banquillo, más soluciones que en la convocatoria anterior.
También se repitió puesta en escena con un gol en el primer minuto y un buen juego que debió traer el segundo antes de la media hora de juego. Sin embargo, Roberto Simón mandó pegado al palo un remate similar al que Bruju metió el pasado Domingo y Campos evitó con una intervención antológica el segundo de Adeva. Si a ello le unimos que el Numancia tuvo la pegada que le faltó al Burgos Promesas y la lamentable actuación de un colegiado zamorano que birló dos penaltis la la Arandina y desquició al público con su particular aplicación del reglamento, tenemos los ingredientes para que una Arandina que empezó bien, entrara en barrena.
Debió verlo el mister y debió verlo antes. Hacer los cambios a tiempo supone llevar la iniciativa y no verlos, ir a remolque, actuar de forma reactiva y a menudo, desacertada. A los cinco minutos del segundo tiempo el partido pedía a Zazu para tenerla más y para aportar la imaginación que le estaba faltando al equipo a la hora de rebasar líneas. Poco más tarde, el encuentro demandaba a Rodri y Lobera en las bandas para ganar en desborde y gol. Se entiende que Rojas quiera siempre a Bruju y Ruba sobre el verde porque son dos jugadores que pueden cambiar el partido en una acción, pero el primero estaba mucho más impreciso que de costumbre y el segundo comenzaba a pagar el esfuerzo acumulado en lo que va de temporada y en el propio partido. Zazu por dentro y Lobera y Rodri por fuera debieron ser el nuevo aire del ataque arandino y Bruju, Ruba y Roberto Simón, los sustituidos sin que ello significara nada. Sin embargo, los cambios se demoraron en exceso, el rival se adelantó y se optó por asumir riesgos. Error.
Fernando Rubio, que estaba siendo el más clarividente en la construcción, fue uno de los sacrificados y a partir de ese momento, el Numancia B dificultó la salida de balón blanquiazul con la simple presencia de un hombre en la presión. Por delante, muchos jugadores en poco espacio y en algunos casos con claras muestras de fatiga. Mucha voluntad, mucho orgullo y un arreón final que debió traer el empate, pero por enésima vez en la temporada, la Arandina se encontró con el palo.
Poco que reprochar más allá de lo mencionado en cuanto a los cambios pero una evidencia: o reaccionamos o nos quedamos en tercera.
La crónica
La continuación fue igualmente esperanzadora a pesar de que el rival que había enfrente mostraba ser de entidad. El Numancia B trataba de presionar la salida de balón Arandina pero los ribereños eran capaces de zafarse de la misma sin pérdidas en campo propio y moviendo el balón con velocidad hacia una bandas en las que el rival se veía claramente superado. Una dura falta en la que Bruju había caído a banda izquierda o una acción en la que Adeva ganó la espalda a su par y fue derribado claramente dentro del área, fueron muestra clara de ello. En la primera el colegiado actuó como debía: amarilla. En la segunda, obviando de forma cobarde un penalti de libro y amonestación al rival, confirmó lo que muchos sospechaban de un señor que era juez y parte (zamorano él). Una falta que hubiera señalado sin dudar fuera del área o incluso si el resultado en ese momento fuera otro. No señaló absolutamente nada y no sería la única vez que lo hiciera. Lamentable aplicación del reglamento de uno de esos trencillas que confunden el dejar jugar con la omisión de su deber.
Así, entre
acciones de desborde de Ruba y faltas no señaladas por el colegiado, llegaron
dos jugadas que pudieron cambiar el encuentro. La primera de ellas, una llegada
del capitán arandino a línea de fondo desde donde cedió a Roberto Simón, para que el soriano rematara junto al palo visitante. La
segunda tras varios saques de esquina, en una nueva llegada por banda derecha que
acabó con un centro de Ruiz desde tres cuartos, que Adeva remató hacia la
escuadra y Campos desvió cuando la grada cantaba el 2-0. En la continuación,
Silva barría a Ruba en la esquina del área cometiendo un penalti tan
claro como innecesario. Igualito al que le fue señalado a la Arandina en
Bembibre y que tan caro fue a la postre. En esta ocasión el árbitro no lo
pitó y acto seguido, el Numancia B igualó en encuentro con un latigazo desde
fuera del área que hizo un extraño y sorprendió a Mediavilla. Un mazazo.
El gol
dejó muy tocados a los locales. De hecho, podemos decir, que salvo en acciones
aisladas, a partir de ese momento la clarividencia ofensiva de la Arandina desapareció.
Surgieron las imprecisiones y se empezaron a ver algunas fisuras en un equipo
que hasta ese momento había defendido con mucho orden.
El
descanso fue la mejor noticia para una Arandina tocada en lo anímico que pudo
recuperar la confianza en sí misma prácticamente en la primera acción de la
segunda mitad. Roberto Simón cuajó una jugada de mucho mérito por la izquierda
y cedió a Ruba que, totalmente solo, controló algo largo y acabó rematando
demasiado cruzado. Fue un espejismo.
El
juego de la Arandina se volvió anodino y los visitantes empezaron a crecer. Sin
hacer grandes méritos, comenzaron a merodear el área ribereña y el encuentro
empezó a inclinarse de lado numantino. Rojas debió variar esa dinámica con
sustituciones porque tenía armas para ello pero no reaccionó a tiempo y el
rival marcó en una acción similar a las dos perdonadas por la Arandina. Un
balón atrás era empalmado desde fuera del área y con mucha colocación por
Alfredo Sualdea. ¿Les suena ese nombre? Efectivamente, ese canterano arandino
recién salido de juveniles, al que seguimos jornada a jornada y que pidió perdón
a la grada tras ajusticiar al equipo de su vida. Ese equipo, ahora en tercera, en
el que incomprensiblemente las fichas de la 16 a la 20 no son cubiertas con canteranos a pesar
de que el equipo juvenil esté en el mejor momento de su historia (tres
temporadas consecutivas en Nacional Juvenil).
Así que
con el gol de un canterano hiriendo de muerte el corazón blanquiazul, las
gradas comenzaron a vaciarse mientras los jugadores blanquiazules sufrían una
extrema dureza impropia de un filial. Antes del final, la Arandina tuvo su
habitual cita con los palos. Lo hizo en un duro lanzamiento de Rodri tras pase
de Zazu. Dos jugadores que debieron saltar al campo con el 1-1, pero no hablemos
de lo que no fue.
Esperemos
que el año que viene, sea mejor.
Ficha técnica
Arandina CF (1): Mediavilla, David Ruiz, Luque (Rodri min.75), Piña, Pablo, Fernando Rubio (Zazu min.75), Khalifa, Ruba, Bruju, Roberto Simón y Adeva.
CD
Numancia B (2): Campos, Silva, Raúl Álvarez, Pomareta, Marcos,
Cristian (Ánder min.87), Beli, Álvaro (Checa min.70), Alfredo Sualdea (Jesús Torres
min.75), Vallejo y Cota.
Árbitro:
Gómez Esteban (Zamora). Amarillas a Pablo, Adeva y Diego Rojas por la Arandina
y por Marcos, Álvaro, Cristian y Álex
Huertas por el Numancia B.
Goles: 1-0
Adeva (Min.1); 1-1 Cota (Min.27); 1-2 Alfredo Sualdea (Min.72).
El Montecillo. 1.000 espectadores en jornada de
puertas abiertas. En los prolegómenos se leyó un manifiesto en contra de todo
tipo de violencia y en especial, la de género y de tipo sexual.
Los jugadores de la Arandina calientan con El Montecillo semivacío |
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