El análisis
Una lectura simple, del partido, o mejor dicho, de la jornada de ayer, resumiría la misma en dos cifras: +3 y -1. Cuando se acumulan tres derrotas consecutivas, se está a 7 puntos del objetivo mínimo de la temporada y se ha padecido la semana más complicada en la historia del club, lo que importa es lograr ese +3. Si además, los resultados acompañan, se puede escalar posiciones y recortar puntos respecto al cuarto clasificado, mejor aún. Ahí, la Arandina obtuvo un -1. La cosa pudo ser mejor porque La Bañeza, cuarto clasificado, se imponía sobre la campana a un Almazán que estuvo a punto de empatar en La Llanera. En todo caso, los blanquiazules hicieron su parte del trabajo en una semana en la que el club ha sido apaleado injustamente y lo hicieron dejando muchos aspectos positivos que diez minutos de apuro no deben empañar. Vayamos por partes.
En sesión matutina, con un frío terrible y tras una semana realmente compleja en la que lo deportivo pasó a un segundo plano, era muy fácil cometer errores tácticos y salir dormido o amedrentado. Sin embargo, Rojas no podía fallar en su planteamiento. Los jugadores, por su parte, debían saltar al campo con una concentración máxima, fortaleza mental ante cualquier adversidad que pudiera surgir y minimizando esos errores que tantos puntos están costando. Se hicieron las dos primeras cosas de forma bastante acertada y mostró debilidades en las segundas.
Empezando por lo positivo, la Arandina salió de inicio con un lateral derecho específico. Algo que se reclamaba desde hacía jornadas y que se mostró efectivo. Sin hacer nada del otro mundo, David Ruiz evitó que la banda derecha de la Arandina fuese el punto débil a explotar por el rival. Bien colocado, guardando la posición y sin conceder opciones a Gallo, uno de los máximos argumentos ofensivos, que a priori, tenía el rival. Es cierto que se prodiga menos que Lobera en ataque pero no lo es menos que en esa banda, Ruba es suficiente amenaza para hacer daño a 18 de los 19 rivales del grupo. Además, tiene una precisión en la pierna derecha que le permite poner buenos balones desde tres cuartos sin necesidad de alcanzar línea de fondo o cambiar a la otra banda para desahogar. Se le vio algo justo al final cuando concedió un par de centros por no estar suficientemente encima. En todo caso, parece oportuno darle continuidad. El otro beneficiado del cambio fue Lobera. Jugó menos minutos pero lo hizo donde debe. A pesar de que le tocó trabajar mucho en defensa por ser los momentos en que más apretó el rival, hizo lo que quiso con su par y pudo culminar una acción en la que se metió hacia dentro tras driblar a dos hombres. Muchas veces, calidad es mejor que cantidad.
Recuperar la pareja Khalifa - Fernando Rubio fue el otro gran acierto táctico. Dieron mucha velocidad al juego de ataque de la Arandina, recuperaron infinidad de balones y encontraron con facilidad a Ruba y Bruju. La ruptura de esa pareja con los cambios fue clave para la pérdida de la posesión en el tramo final. Los espacios que dejaba el rival pedían un cambio de Zazu por Roberto Simón y de Rodri por un Adeva que estaba tocado físicamente. Sin embargo, el míster decidió sacrificar a Khalifa y ahí, concedió el balón al rival. Uno de los pocos errores que cometió ayer.
El otro, fue no interpretar la necesidad de un cambio de estilo en la segunda parte. El Burgos Promesas concedió muchos espacios, sufría a su espalda y no presionaba al jugador con balón. Un suicidio. Mucho corazón y poco orden que debió explotarse con balones largos a la espalda de la defensa. En uno los pocos que utilizó la Arandina, expulsión del jugador que derribó a Adeva, cuando se quedaba solo. En otro, Ruba a las nubes desde dentro del área. De haberse repetido estas acciones, seguramente se hubiera matado el partido mucho antes.
Si acertado fue el planteamiento inicial, más lo fue la puesta en escena. La primera jugada, culminada con un gol tras más de minuto y medio de posesión sin que el rival la oliera, dejó bien a las claras que la Arandina iba en serio. La celebración (ver foto), lo dice todo. Un punto de inflexión en esta temporada. A partir de ahí, control total de la posesión, velocidad, sensación de peligro y recuperaciones inmediatas tras pérdida. Dos cero al descanso que pudieron ser tres o incluso, cuatro. Sólo la pérdida de ese nivel de intensidad tras el paso por vestuarios puede explicar lo sucedido al final.
Siguiendo con lo positivo, por primera vez en lo que va de temporada vimos acciones de estrategia bien ejecutadas y trabajadas. Un balón de Khalifa al palo y un remate de Piña algo elevado fueron su resultado.
Pero también hay que analizar lo negativo y aquí desde luego, hay que poner el foco sobre dos aspectos. El primero de ellos, la debilidad mental que mostró el equipo tras el primer contratiempo severo que tuvo: el fallo del penalti. En un partido completamente controlado, un par de empellones de orgullo del rival fueron suficientes para escuchar de boca de uno de nuestros jugadores "nos van a meter uno y nos vamos a cagar". Esa predisposición del subconsciente a encajar, ese miedo por lo sufrido este año o esa debilidad mental, son las que provocaron que tras ver el partido ganado con un penalti y una expulsión, el fallo de la pena máxima se convirtiera en un golpe del que la Arandina no fue capaz de reponerse. Por fortuna, el gol visitante, en falta clamorosa a Mediavilla, dicho sea de paso, llegó muy tarde y la Arandina tiró de oficio parando el partido con el método del francotirador que tanto ha sufrido este año en todos los campos.
El otro punto negativo volvieron a ser las pérdidas en la zaga. Tres pérdidas de balón de Pablo, muy impreciso en la salida de balón, pudieron costar muy caras. Por fortuna, el rival no tenía la pegada del de la jornada anterior.Aún así, paso al frente de una Arandina que debe refrendar la recuperación frente al Numancia B en un partido en el que deberá dejar la puerta a cero si quiere que los 3 puntos se queden en casa.
En sesión matutina, con un frío terrible y tras una semana realmente compleja en la que lo deportivo pasó a un segundo plano, era muy fácil cometer errores tácticos y salir dormido o amedrentado. Sin embargo, Rojas no podía fallar en su planteamiento. Los jugadores, por su parte, debían saltar al campo con una concentración máxima, fortaleza mental ante cualquier adversidad que pudiera surgir y minimizando esos errores que tantos puntos están costando. Se hicieron las dos primeras cosas de forma bastante acertada y mostró debilidades en las segundas.
Empezando por lo positivo, la Arandina salió de inicio con un lateral derecho específico. Algo que se reclamaba desde hacía jornadas y que se mostró efectivo. Sin hacer nada del otro mundo, David Ruiz evitó que la banda derecha de la Arandina fuese el punto débil a explotar por el rival. Bien colocado, guardando la posición y sin conceder opciones a Gallo, uno de los máximos argumentos ofensivos, que a priori, tenía el rival. Es cierto que se prodiga menos que Lobera en ataque pero no lo es menos que en esa banda, Ruba es suficiente amenaza para hacer daño a 18 de los 19 rivales del grupo. Además, tiene una precisión en la pierna derecha que le permite poner buenos balones desde tres cuartos sin necesidad de alcanzar línea de fondo o cambiar a la otra banda para desahogar. Se le vio algo justo al final cuando concedió un par de centros por no estar suficientemente encima. En todo caso, parece oportuno darle continuidad. El otro beneficiado del cambio fue Lobera. Jugó menos minutos pero lo hizo donde debe. A pesar de que le tocó trabajar mucho en defensa por ser los momentos en que más apretó el rival, hizo lo que quiso con su par y pudo culminar una acción en la que se metió hacia dentro tras driblar a dos hombres. Muchas veces, calidad es mejor que cantidad.
Recuperar la pareja Khalifa - Fernando Rubio fue el otro gran acierto táctico. Dieron mucha velocidad al juego de ataque de la Arandina, recuperaron infinidad de balones y encontraron con facilidad a Ruba y Bruju. La ruptura de esa pareja con los cambios fue clave para la pérdida de la posesión en el tramo final. Los espacios que dejaba el rival pedían un cambio de Zazu por Roberto Simón y de Rodri por un Adeva que estaba tocado físicamente. Sin embargo, el míster decidió sacrificar a Khalifa y ahí, concedió el balón al rival. Uno de los pocos errores que cometió ayer.
El otro, fue no interpretar la necesidad de un cambio de estilo en la segunda parte. El Burgos Promesas concedió muchos espacios, sufría a su espalda y no presionaba al jugador con balón. Un suicidio. Mucho corazón y poco orden que debió explotarse con balones largos a la espalda de la defensa. En uno los pocos que utilizó la Arandina, expulsión del jugador que derribó a Adeva, cuando se quedaba solo. En otro, Ruba a las nubes desde dentro del área. De haberse repetido estas acciones, seguramente se hubiera matado el partido mucho antes.
Si acertado fue el planteamiento inicial, más lo fue la puesta en escena. La primera jugada, culminada con un gol tras más de minuto y medio de posesión sin que el rival la oliera, dejó bien a las claras que la Arandina iba en serio. La celebración (ver foto), lo dice todo. Un punto de inflexión en esta temporada. A partir de ahí, control total de la posesión, velocidad, sensación de peligro y recuperaciones inmediatas tras pérdida. Dos cero al descanso que pudieron ser tres o incluso, cuatro. Sólo la pérdida de ese nivel de intensidad tras el paso por vestuarios puede explicar lo sucedido al final.
Siguiendo con lo positivo, por primera vez en lo que va de temporada vimos acciones de estrategia bien ejecutadas y trabajadas. Un balón de Khalifa al palo y un remate de Piña algo elevado fueron su resultado.
Pero también hay que analizar lo negativo y aquí desde luego, hay que poner el foco sobre dos aspectos. El primero de ellos, la debilidad mental que mostró el equipo tras el primer contratiempo severo que tuvo: el fallo del penalti. En un partido completamente controlado, un par de empellones de orgullo del rival fueron suficientes para escuchar de boca de uno de nuestros jugadores "nos van a meter uno y nos vamos a cagar". Esa predisposición del subconsciente a encajar, ese miedo por lo sufrido este año o esa debilidad mental, son las que provocaron que tras ver el partido ganado con un penalti y una expulsión, el fallo de la pena máxima se convirtiera en un golpe del que la Arandina no fue capaz de reponerse. Por fortuna, el gol visitante, en falta clamorosa a Mediavilla, dicho sea de paso, llegó muy tarde y la Arandina tiró de oficio parando el partido con el método del francotirador que tanto ha sufrido este año en todos los campos.
El otro punto negativo volvieron a ser las pérdidas en la zaga. Tres pérdidas de balón de Pablo, muy impreciso en la salida de balón, pudieron costar muy caras. Por fortuna, el rival no tenía la pegada del de la jornada anterior.Aún así, paso al frente de una Arandina que debe refrendar la recuperación frente al Numancia B en un partido en el que deberá dejar la puerta a cero si quiere que los 3 puntos se queden en casa.
La Crónica
En una mañana en la que era difícil abstraerse de lo sucedido a lo largo de la semana, con una expectación mediática que se encargaba de recordarlo y con menos aficionados de la Arandina de lo habitual en desplazamientos a Burgos, los futbolistas blanquiazules tardaron minuto y medio en demostrar que estaban sobre el verde para jugar al fútbol y ganar. Desde que la Arandina sacó de centro hasta que hizo el gol, su rival no olió la pelota. Una jugada de equipo que llevó el balón a banda derecha desde donde Ruba levantó la cabeza, pasó atrás a Bruju y éste cedió a Adeva para que hiciera su primer gol de su segunda etapa como blanquiazul.
Ficha técnica
Burgos Promesas 2000 (1): Álex, Zamora, Ivo, Juan del Rincón, Moyano (Álex San Juan min.23), Cerezo, Gallo (Portal min.66), Gabri, Manchado (Viti min.75), Dava y Marti.
Arandina CF (2): Mediavilla, David Ruíz, Luque, Piña, Pablo, Fernando Rubio, Khalifa (Rodri min.79), Ruba (Lobera min.77), Bruju (Zazu min.73), Roberto Simón y Adeva.
Árbitro: Estefan Gonzálvez Alcalde (Burgos). Por el Burgos Promesas 2000 amarillas a Ivo, Dava y Cerezo y rojas a Gabri en el 67 y a Jairo de la Riva (entrenador) y Juan Gregorio Villaverde (Delegado) en el 72. Por parte de la Arandina CF amarillas a Roberto Simón y Mediavilla.
Goles: 0-1 Adeva (min.1); 0-2 Bruju (min.18); 1-2 Ivo (min.88).
Campo Diego Rico. 200 espectadores.
Arandina CF (2): Mediavilla, David Ruíz, Luque, Piña, Pablo, Fernando Rubio, Khalifa (Rodri min.79), Ruba (Lobera min.77), Bruju (Zazu min.73), Roberto Simón y Adeva.
Árbitro: Estefan Gonzálvez Alcalde (Burgos). Por el Burgos Promesas 2000 amarillas a Ivo, Dava y Cerezo y rojas a Gabri en el 67 y a Jairo de la Riva (entrenador) y Juan Gregorio Villaverde (Delegado) en el 72. Por parte de la Arandina CF amarillas a Roberto Simón y Mediavilla.
Goles: 0-1 Adeva (min.1); 0-2 Bruju (min.18); 1-2 Ivo (min.88).
Campo Diego Rico. 200 espectadores.
Los jugadores de la Arandina celebran el gol de Adeva haciendo una gran piña (Foto: Julio Calvo - Twitter del Club) |
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